¿Cómo ayuda la Realidad virtual a mayores?
El departamento de Terapia Ocupacional Solera Asistencial, con objetivo de implementar innovaciones en el cuidado de los mayores, hemos aplicado una técnica de realidad virtual durante 6 semanas a 28 usuarios de la Residencia Solera La Vaguada.
Cada residente ha recibido una sesión semanal que incluye la visualización de dos proyecciones más el trabajo realizado después con el terapeuta. El usuario se encontraba en todo momento supervisado por el terapeuta haciéndole preguntas como “¿qué ves?”, “¿qué sientes?” o “¿dónde estás? para poder evaluar los resultados de cada sensación.
Entre las características de este proyecto, destaca la individualización y la personalización de cada sesión, realizando una entrevista previa para conocer la historia de la persona, sus intereses y la evaluación cognitiva y conductual.
Tras en estudio, se ha llegado a la conclusión de que poder cambiar de entorno, visualizar imágenes placenteras o ver animales en una dimensión muy parecida a la realidad, hace que conductas apáticas, de desesperanza o tendentes a la depresión cambien de forma transitoria, hacia un sentimiento de felicidad. Durante las sesiones, la mayoría de los residentes se tranquilizó y decreció la sintomatología relacionada con la ansiedad, influyendo de manera muy positiva en su motivación.
“Gracias a las gafas de Realidad Virtual, se recrea un entorno seguro en el que las personas mayores pueden mejorar capacidades como la atención, la autoestima y el estado anímico”.
- Los residentes manifestaron sentirse más felices, satisfechos y de mejor humor.
- Las conductas agitadas, agresivas, nerviosas o de ansiedad, cambiaron transitoriamente a un estado más tranquilo.
- La capacidad de atención, concentración, la memoria a corto plazo o el lenguaje, mejoró considerablemente en el momento de la intervención.
Durante la proyección toda su atención está centrada y focalizada en el estímulo, en lo que ven y sienten, no hay elementos perturbadores que pueden distraerles. Así que cuando termina, recuerdan de manera clara qué han estado viendo y cómo se han sentido. Este recuerdo continúa pasados unos minutos, a diferencia de la estimulación convencional, en la que el recuerdo desaparece en cuanto desaparece el estímulo.
Respecto al lenguaje, sorprende que la mayoría contaran en todo momento lo que veían de forma espontánea y natural.
En definitiva, la realidad virtual tiene ya una enorme trascendencia, no solo por el hecho de que pueda ayudar al diagnóstico y tratamiento de enfermedades propias de la edad, sino por lo que supone para nuestros ancianos: Salir del escenario de la residencia y transportar a nuestros mayores a momentos de su pasado, visitar lugares a los que una vez viajaron o lugares a los que querrían haberlo hecho, cuidar de mascotas sin peligro de desatenderlas por la enfermedad o correr por praderas como no podrían hacer en la vida real.
Redacción: Diana Rodríguez (Terapeuta Ocupacional de Solera La Vaguada)
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